Los sistemas de producción lineales, que actualmente predominan en la economía global, han demostrado ser limitados en cuanto al uso de los recursos y con consecuencias de alto impacto a nivel ambiental y social. La mejora de la eficiencia a través de la reducción del uso de recursos y de energías de origen fósil no será suficiente para enfrentar los desafíos ambientales actuales. Los modelos lineales están expuestos a los precios fluctuantes y acceso a las materias primas (a su suministro por razones económicas y geopolíticas) y contribuyen a la degradación del entorno afectando a los servicios ecosistémicos fundamentales para el desarrollo.
La Economía Circular propone un cambio sistémico radical que apunta al ecodiseño, la simbiosis industrial, la economía de la funcionalidad, reuso, reparación, remanufactura y valorización. Este enfoque promueve la innovación y la resiliencia a largo plazo y permite el desarrollo de nuevos modelos de negocio.
Una economía circular es restaurativa y regenerativa por diseño, y tiene como objetivo mantener los productos, componentes y materiales en su mayor utilidad y valor en todo momento. El concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos. Este nuevo modelo económico busca, en última instancia, desacoplar el desarrollo económico global del consumo finito de recursos. Impulsa objetivos estratégicos claves, como la generación de crecimiento económico, la creación de empleo y la reducción de los impactos ambientales, incluidas las emisiones de carbono.
(Delivering the Circular Economy: A Toolkit for Policymakers, EllenMacArthur Foundation 2015 – Traducción de la versión original en inglés)
Apunta a reconstruir capital, ya sea financiero, manufacturero, humano, social o natural, asegurando un mayor flujo de bienes y servicios. El diagrama de mariposa presenta un flujo continuo de materiales tecnológicos y biológicos a través del enfoque de cadenas de valor.
Existe actualmente amplia bibliografía desarrollando el potencial de la economía circular para alcanzar los objetivos de crecimiento económico, creación de trabajo y reducción de impactos ambientales que preocupan a los responsables políticos.
Estos aspectos se vinculan directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 propuestos por los estados miembros de las Naciones Unidas. Existen vínculos directos con los objetivos 7 (Energía asequible y no contaminante), 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) 9 (Industria, innovación e infraestructura), 12 (Producción y consumo responsable), 13 (Acción por el clima) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres) y de forma indirecta con otros de los 17 objetivos.
A nivel internacional la economía circular se encuentra en el centro de las discusiones y nuevas estrategias de los gobiernos a nivel mundial. Se han venido desarrollando acciones concretas que muestran la centralidad del tema: